María Valle, copropietaria de Cantón 4: «El mundo editorial es muy perro. Las grandes editoriales son como mafias»

Cantón 4 siempre ha sido de mis librerías ferrolanas favoritas. Su distribución invita a pasear y rebuscar entre los estantes, su decoración es agradable y el personal contesta con sonrisas y amabilidad. ¿Por qué me llamó la atención? ¡Porque tener tres personas trabajando y necesitarlas de verdad en una librería me parecía increíble! Y corroboré que Daniel Berini, María Jose Valle e Isabel Rodríguez conforman un equipo. Los ratones de biblioteca siempre acudimos a las librerías, pero nunca nos preguntamos cómo es el honroso oficio de librero, cuál es su día a día. Me reciben María, copropietaria junto con Isabel, y Daniel, trabajador (yo diría más bien, compañero) de ambas para intentar solucionar todas mis dudas. 

PABLO J. RAÑALES: La primera pregunta de todas es cómo comenzó la librería en sí, cuáles fueron los primeros pasos a tomar.

MARÍA VALLE: Cantón 4 empezó porque una vieja amiga del cole y yo fuimos despedidas del trabajo en el que nos encontrábamos y, como cualquier otro ferrolano de esta quinta, no teníamos dónde caernos muertas. Así que o nos largábamos de aquí o trabajábamos en lo que sabíamos hacer. Ambas teníamos experiencia, pero nos faltaba dinero para iniciar el proyecto. Pedimos diferentes ayudas para los emprendedores de la Xunta, pero no vieron que nuestra idea de negocio «fuera viable económicamente». Sin embargo, si te informas sobre el éxito (o no) de un proyecto, encuentras que es necesario un 80% de experiencia y un 20% de la capacidad económica. Pero esta fórmula no la cree ningún banco, ningún tipo de plataforma institucional para emprendedores… no se tiene en cuenta ese 80% de experiencia, solo la pasta. Así que al final tuvimos que recurrir a préstamos personales, a ayudas desde nuestra familia… y trabajar mucho, mucho, mucho. El mismo bajo en el que nos encontramos estaba vacío; hicimos el techo, el suelo… todo con nuestras propias manos.

PR: ¿Por qué, entonces, una librería y no otro proyecto para arrancar?

MV: Realmente, porque las dos teníamos esa experiencia imprescindible en librerías. Sabíamos que en aquel momento las librerías no respondían a un modelo actualizado en Ferrol, un modelo que fuese demandado por la gente joven. No queríamos la librería donde estás en un mostrador y esperas a que vengan y te pidan los libros; queríamos que cogiesen los libros, los viesen, los leyesen… Que sobretodo los niños aprendiesen a escoger sus propias lecturas. Los lectores infantiles ahora tienen 17, 18 años… y leen lo que quieren leer, no por encargo. Yo llevo la sección de infantil y estoy informada y activa en ello. Leo todos los cuentos que me llegan, aunque intento evitar algunos como Bob Esponja. Rollo de tele, bastante vetado. ¡Hay que abrir las cabezas, no darle a los niños Bob Esponja en la tele, las bragas… hasta en los cuentos!

PR: ¿Cuáles fueron los primeros problemas de gestión al iniciar todo esto? ¿Te costó, por ejemplo, encontrar tu propio mercado?

MV: Si algo teníamos claro, es que nos debían ver, que fuera un sitio visible, que no hiciera falta ni publicidad, ni cuñas de radio… Esta era una de las prioridades, y por eso elegimos este bajo, aunque inicialmente nos cobrasen 2500€ de alquiler. No queríamos un bajo barato, pero donde no te ve nadie. También es importante mantener ese mercado por tu atención. No obstante, no soy especialmente amable con una persona que venga a comprar, sino en todos los lados a donde voy. 

PR: ¿Qué valora más el cliente? ¿La persona o el espacio? ¿Que el librero le dé opinión, le ayude, le aconseje… o un espacio diáfano que invite a perderse?

MV: Depende del tipo de cliente. Hay gente tímida que sabe que puede mirar a su bola, hay gente que quiere atención nada más entrar; incluso una tercera tipología que exige observar y ver cómo actúa para saber si tienes que ir o no.

PR: Eso es parte del buen librero, ¿no? El saber reconocer fácilmente con qué tipo de cliente está tratando.

MV: Sí, hay gente que solo precisa un ‘Si te hace falta algo, me avisas’. Quiere su espacio de libertad, pero por si acaso tener un comodín. Todo esto se ve con el tiempo, con la experiencia. Hay de todo, en realidad.

PR: ¿Cómo se selecciona el catálogo, los libros? ¿Vienen por packs ofrecidos por las editoriales?

MV: ¡Las editoriales son buenas piezas! Son como la mafia. Sacan todas sus novedades y en principio (a través de ‘chantajillos’) pretenden que compres todo lo que editan. Eso lo aguantará la FNAC, La Casa del Libro… Pero yo no quiero todo lo que editan las grandes editoriales. La vida de Belén Esteban me importa un rábano. Si alguien me lo encarga, se lo traigo, pero no va a estar nunca expuesto.

PR: Llevas un control de calidad, entonces, en los libros.

MV: Sí, sí, aquí pasa todo por nosotros. Cada uno nos encargamos de una sección: yo infantil, Dani juvenil e Isabel, adultos. Además, buscamos también minorías. Aparte del best-seller que se vende en todas partes, siempre hay ese libro que sorprende, diferente.

PR: ¿Se nota la presencia de Grupo Planeta y Random Penguin House mandando sobre el resto de editoriales, copando el mercado? ¿Exigen que se les compre?

MV: Primero los ofrecen, luego intentan que te los quedes. No obstante, pienso que Random Penguin House está comiéndose literalmente a Planeta. En la calidad de sus libros, por ejemplo, o en su modo de actuar. Random Penguin House compra editoriales pequeñas y las mantiene, no las compra para cargárselas. Planeta se las carga. Y tampoco es tan agresivo como Planeta o SM. SM tenía una táctica muy, muy agresiva; antes de Navidades enviaban unos palés de sus libros para que ocupasen todo tu espacio y no entrara otra editorial. El primer año me hicieron eso, pero les dije que no, que en la librería yo mandaba sobre lo que tenía o no tenía dentro. El palé se quedó en el camión del distribuidor.

PR: Suena incluso a táctica de extorsión, de presión considerable.

MV: Sí, sí, es todo un mundo muy perro. Parece muy idílico, pero no. Es muy difícil lidiar con ellos, sobretodo al principio. En el momento en el que saben cómo trabajas y cuál es tu posición, comienzan a adaptarse a ti. Pero si les dejas…

PR: Van directamente a degollarte, me imagino.

MV: Totalmente. Si eres nuevo, se aprovechan y te hunden.

PR: ¿Tratas con editoriales más pequeñas? ¿Es imprescindible tratar con las grandes?

MV: Con las grandes tienes que tratar sí o sí, aunque lo que te diferencia del resto es tratar y conocer las editoriales pequeñas. En cualquier sitio encuentras libros best-seller, en cualquier Alcampo. Pero ese libro ilustrado, muy cuidado en la presentación, en su estética… ese no.

PR: ¿Cómo logras entonces esa diferenciación? ¿Cuidando el catálogo de esa manera tan especial?

MV: Sí, pero influye también tu carácter. Desde pequeña, no me atrajo nunca lo que tenían todos los demás niños. Fui a por lo distinto. Hay que darle la vuelta a la tuerca. No ofrezcas lo mismo que está en todas las partes, porque entonces… ¿a qué vienes aquí? ¡Con lo difícil que es aparcar!

PR: ¿Notas realmente que hay una literatura de peor calidad?

MV: Noto que los grandes quieren abarcar todo. Incluso hay copiazos de las grandes a las pequeñas, para intentar robarle su clientela, su tipo concreto de cliente, su literatura. Tiran desde ese público más específico al best-seller. Copian con descaro. En definitiva, todo el tiempo es escapar del grande. Las editoriales pequeñas escapando de los peces más grandes y yo, como librería pequeña, escapando también de los grandes. Hay libros, juguetes… que antes solo vendía yo en Ferrol y que ahora veo en los grandes. No puedo decirle a ninguna marca que no venda a este o a otro, sino buscar otra opción más que no esté metida dentro de esas grandes editoriales y empresas. Es un proceso continuo, escapando, buscando la diferenciación… Siempre ir por delante. Y a veces es un coñazo.

PR: ¿Recomendarías a alguien montar una librería? ¿Es viable económicamente?

MV: Le diría, ante todo, que tuviera cuidado. Por esto mismo de las editoriales grandes que hemos estado hablando. A un novato del sector lo destrozan. Literalmente, lo destrozan. Los fallos que cometí, los cometí bajo el amparo de otro, trabajando en una librería que hoy ya no existe. Ahí aprendí lo que debo y no debo hacer. Por eso me creo eso de que el 80% de un proyecto es experiencia. Cuando abrimos, teníamos nuestra cuenta bancaria a 0 euros. Y habíamos estimado que no empezaríamos a cobrar hasta que no pasaran dos años. Cobramos al segundo mes. Un sueldo pequeño, es cierto, 600€. Pero después de sudar la gota gorda, de trabajar… y en aquel tiempo esa cantidad era una miseria. Ahora tenemos un sueldo más razonable. Además, no solo somos Isabel y yo, también está Dani. Es dificilísimo encontrar a alguien que trabaje bien y que conecte. Nadie choca con nadie, los tres trabajamos en equipo. Eso es importante.

PR: ¿Cómo funcionan los porcentajes de la venta de un libro? ¿Cuánto es el porcentaje que se lleva la editorial, tú…?

MV: Lo de la editorial, no lo sé. Hasta que llega al lector, el libro pasa por la editorial, el distribuidor y la librería. Las librerías, como porcentaje medio, ganan un 30%. Algunas editoriales te extorsionan por ser pequeña y lo reducen. Un 15, Santillana un 12… y ya no merece la pena realmente trabajar con esos libros. Bien es cierto que algunas otras editoriales (como SM en infantiles) terminan ofreciéndote ventajas por estar con ellas. Así podrías llegar hasta el 40%, pero en adulto no.

PR: ¿Se nota la introducción del ebook? ¿O no es tanto como lo pintan? Eso de que el ebook desbancará al papel en físico…

MV: Es lo típico: tienen un pariente que lee y no sabes qué regalar, y terminas comprándole el ebook. Pero esos lectores vuelven, pese al ebook. Porque no es lo mismo. Además, pensaban que por tener el ebook les iban a regalar los libros, y no hay una diferencia abismal entre el libro digital y el libro en papel. Un libro digital puede ser de 7,95€; acércate a un debolsillo y por 9,95€ también lo tienes. Tiene su sitio, pero no se come al papel. Hay ediciones ilustradas, cuidadas… que se convirtieron en una vía de escape del papel al ebook. Antes no se hacían semejantes ediciones, tan bonitas. ¿Quién prefiere un ebook al lado de libros así?

PR: ¿Y qué editoriales así, más pequeñas, recomendaríais?

Daniel Berini:  Blackie Books, Acantilado, Asteroide, Zorro Rojo…

MV: En infantil, Andana o Tacatuca, que es muy clara, tal como la vida misma. Una editorial muy pequeña, con pocos libros, pero que no disfraza la vida con nubecitas y todo estupendo.

PR: Para acabar, ¿cómo ves la librería del futuro? ¿Buscando un nuevo espacio, reinventándose? 

MV: ¿La librería que me gustaría a mí en un futuro o la librería que pienso que habrá en un futuro?

PR: Pues… ¡las dos!

MV: Mi librería ideal en un futuro sería la que se parece más a la de toda vida en el sentido de que no todo el mundo publique cualquier cosa. Que los autores pasen unos filtros exigentes, unos filtros que garanticen la calidad de los libros y la preparación de los escritores. Todo eso lo conservaría. Aunque, en la actualidad, no haya nada de eso. Porque la pasta estropea esto. Sin embargo, pienso que el futuro real es la pura mediocridad. En las librerías y en la vida en sí. A mí no me vale el Todo vale que rige hoy en día. Ni en los libros ni en nada. Así que… eso, Mediocridad. 

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Al término de la entrevista, permitidme una breve reflexión personal. Salí de la biblioteca con la sensación de haber corroborado muchos de los mecanismos oscuros del mundo de la literatura, pero también siendo consciente de que hay personas que todavía viven con una serie de principios éticos dentro de su trabajo. Principios que cumplen, por cierto. Filosofía empresarial (incluso sin adjetivo), filosofía de vida. Y eso es tan necesario como negarnos a aceptar ese todovalismo que menciona María en la entrevista. Ese podría ser peor, ese España va bien, tenemos trabajo. Ética. Ética férrea. Y leer para abrir las cabezas y no empequeñecerlas.

1 comentario en «María Valle, copropietaria de Cantón 4: «El mundo editorial es muy perro. Las grandes editoriales son como mafias»»

  1. ¡Me ha gustado mucho la entrevista! Vamos, si algún día paso cerca de Ferrol, Cantón 4 se encuentra sin duda en la lista de paradas 😉 Sobre todo me ha entusiasmado la idea final, del trabajo y la ética que hay detrás de la librería; ojalá más personas siguieran ese pensamiento… y su línea de actuación.
    ¡Un besazo!

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