Si comienzas en esto de escribir, el relato podría ser tu primera opción para tantear el terreno. Su dimensión facilita su propia escritura, al no ser nuestro objetivo una historia excesivamente larga y compleja en cuanto a personajes, ambientes y trama. El relato también ayuda a aplicar algunas técnicas de escrituras básicas y a jugar con la creación de nuestros personajes. Además, es divertido y no te exige una enorme cantidad de tiempo si no lo quieres. Un buen relato corto puede ser hasta de una página. Pero… ¿por dónde empezamos? ¿Qué necesitamos?
En este caso, yo opto por explicarlo a través de una analogía donde nosotros, como escritores, somos el Doctor Frankenstein y nuestro relato, el monstruo que tenemos que crear. ¡Así que hay que ir a buscar los órganos que nos faltan para darle vida!