Toda novela tiene su arquitectura. Unos cimientos, una distribución textual, sus espacios de descanso y esparcimiento y también de ajetreo. Si hace un tiempo hablaba de la unión entre novelas-edificios a través de la estructura, ahora compete otra cosa: invitarte a cambiar la mirada.
Esa es una de las transformaciones que ayudan a entender lo que escribes y cómo lo escribes. Abrir los ojos, desentrañar las historias que te han marcado como lector y empezar a pensar por qué respiran así, qué músculos las activan, qué esqueletos las sostienen. Porque existen ciertas novelas que se engrandecen solo por su estructura narrativa, yendo mucho más allá de la clásica distribución de inicio—desarrollo—desenlace: los santos tres actos sobre los que podemos trabajar para ampliarlos. O para descuajaringarlos.
La máxima se repite siempre, pero nunca pierde validez: para empezar a escribir hay que leer. Y hacerlo con ojos distintos, más lúcidos y más ilusionados, los del escritor/a que, con paciencia y trabajo, está dispuesto a evolucionar.
Así que hablemos de novelas que nos enseñen a jugar con las estructuras narrativas. Obras distintas, originales en su forma, que he encontrado revisitando mi biblioteca personal. Son lecturas experimentales, historias para asombrarse.
Membrana, de Jorge Carrión
Año 2100, fecha oficial de la inauguración del Museo del Siglo XXI. El texto de Membrana, la increíble obra de Jorge Carrión —por las dudas y sin las deudas: uno de mis mayores referentes, siempre recomendado, siempre leído—, es en realidad el catálogo de la exposición permanente de ese mismo museo, pero con una particularidad: no está diseñado ni escrito por un ser humano. Al contrario, lo escribe una inteligencia artificial con un estilo poético propio para contar la relación ancestral de la humanidad con la tecnología.
👉 Una IA que narra el pasado de los algoritmos. Que construye su mitología tecnológica y que traspasa ya la barrera de la artificialidad para ser puramente orgánica.
¿Qué caracteriza la estructura de Membrana? Que tiene sentido narrativo: cada capítulo que integra la obra se narra como una sala del Museo del Siglo XXI. Encabezándolo, el lector-visitante encontrará varios rectángulos o cuadrados que representan la disposición de los objetos tecnológicos sobre los que se habla.
Toda la estructura de la novela es, en sí misma, una representación espacial del propio museo. Y su organización, el diseño de cada capítulo-estancia, implica construir un relato curatorial propio; el que la IA le interesa establecer dentro del intertexto de la obra.
Gran peso de la narración recae en los objetos que selecciona la inteligencia artificial para narrar y narrarse. Estructurar la historia de esta manera permite a Carrión navegar entre géneros, libre de muchos corsés, yendo de lo ensayístico a lo poético y de lo poético a la prosa, aunque Membrana no sea una novela de trama enrevesada. Al contrario, todo el peso recae en cómo se organiza y en esa voz narrativa tan singular.
Carrión te enseña a darle vida a una estructura desde lo espacial y lo visual. Construye, como decíamos, una obra-edificio: un museo dividido en capítulos, o una novela seccionada en salas.
Tuyo es el mañana, de Pablo Martín Sánchez
Los índices callan mucho. Hay que interrogarlos, verlos con calma y analizar cuántas páginas ocupa cada división capitular para que comiencen a dar información. Hagamos eso, por ejemplo, con Tuyo es el mañana, la novela de Pablo Martín Sánchez:
Si la estructura de Membrana era algo esencialmente espacial, Tuyo es el mañana nos lleva hacia lo temporal. Toda la trama se concentra alrededor de la medianoche del 18 de marzo de 1977, justo cuando un bebé se desliza por el cuello del útero de su madre y se liga a la vida de seis individuos; seis personajes que aparecen y desaparecen en una trama imbricada donde la organización cronológica de las acciones es clave. Nos lo dice, con más aspavientos de lo normal, su índice.
⏳ Los personajes actúan una vez dentro de cada franja temporal, desde la medianoche hasta la noche del día siguiente, de forma paralela, pero nunca en el mismo orden rígido. Pasar capítulos es acelerar el tiempo.
Y así, Pablo Martín Sánchez enriquece la lectura y empodera al lector: se puede optar por continuar con el esquema lineal, cronológico, o al contrario, seguir el camino de un personaje en concreto durante el ciclo día-noche-día.
El año del Búfalo, de Javier Pérez Andújar
Leer a Pérez Andújar te deja en las entrañas una sensación de extrañeza. El año del Búfalo, premio Herralde de Novela 2021, no es una novela apta para todos los públicos, muy exigente con la actitud e implicación del lector. También podríamos definirla como desbordante, porque la obra se desborda a sí misma: las notas al pie de página van canibalizando el que todo el mundo definiría como texto principal, wikipediano, hasta dominar por completo las páginas:
En esta obra de Andújar, las notas al pie se convierten en un campo de batalla: pugnan las voces narrativas de la historia, crea allí una polifonía en la que los personajes se discuten y se reprochan. Pero es solo una parte de una estructura experimental, compleja, a la que se le suman…
- Las psicofonías textuales, porque Andújar introduce extractos informativos sacados de Wikipedia sobre líderes revolucionarios, guerrilleros, dictadores y golpistas.
- El relato de cuatro artistas que se recluyen en un garaje, abandonada toda esperanza, y que se topan con una criatura que les propone un «pacto siniestro».
- La narración de un escritor finlandés enamorado de España, Folke Ingo, que es al mismo tiempo el autor de las andanzas de los cuatro artistas encerrados. Hay, por lo tanto, tres novelas en una: la que escribe Ingo, la que se reproduce en las notas al pie de ella y, finalmente, la historia de Andújar como gran paraguas.
Así se diseña una estructura hecha de retales, un juego que camina entre el tedio, la diversión estilística y la experimentación y que sirve, sobre todo, para no ponernos límites como escritores. Y con él ponemos punto y final a estas tres recomendaciones que te invitan a abrir los ojos, a mirar bien adentro de sus textos. 📚
Dejémoslo aquí, por el momento ☀ Aunque si te apetece seguir paseando por estos lares, tienes a tu disposición otro artículo en el blog que incluye una técnica narrativa para jugar con la estructura de tu novela.